Han pasado demasiadas cosas desde
la última vez que escribí, pocas buenas y agradables, casi todas tristes y
desagradables, desearía que no hubieran pasado, algunas trato de olvidarlas y
otras no quiero olvidarlas para evitar que se repitan.
Lo único bueno de todo lo que ha
pasado es que mi marido y yo estamos de acuerdo en que lo más importante de
todo son nuestros hijos, ellos son la razón de nuestra vida, de nuestro trabajo
y esfuerzo diario y por ellos vamos a esforzarnos, vamos a tener paciencia, en
las situaciones del día a día que nos abruman, que nos hacen estallar, que nos
hacen perder los nervios.
No sé si todos los matrimonios
pasan por situaciones de crisis, el nuestro lleva una época que todo son
piedras y baches en el camino y en algún momento se nos olvidó seguir de la
mano para esquivarlas o afrontarlas, lo fácil es tirar cada uno para un lado,
rendirse, pero nosotros hemos elegido luchar, luchar porque queremos seguir
siendo una familia, porque queremos que nuestros hijos tengan a la vez a su
padre y a su madre y no tengan que elegir o repartirse.
No empezamos de cero, las cosas
que han pasado están ahí, hemos dejado que su familia y mi familia influya a
veces demasiado, pero contamos con algo muy importante a
nuestro favor, los dos queremos lo mismo, queremos a nuestros hijos y seguimos
queriéndonos.
Tenemos que aguantar el tirón,
aguantar esta situación de paro de mi marido que le está minando la moral, la
autoestima y la paciencia, tenemos que aguantar los problemas de alimentación
de la princesa, la tortura que supone darle de comer, tener paciencia con su
falta de apetito, con sus vómitos.
Me he dado cuenta de que yo soy
el equilibrio en mi familia, si yo estoy tranquila y alegre, las situaciones
fluyen con tranquilidad, si yo estoy alterada, nerviosa, irritable … poco a
poco todo va estallando. Estos últimos meses mis nervios estaban siempre al
límite, el vaso colmado rebosaba a la mínima, mi paciencia antes casi ilimitada
era ahora prácticamente inexistente, la carga que tenía sobre mis hombros era
cada vez más pesada y no podía con ella y mi marido no se daba cuenta o no
quería darse cuenta de ello.
No hubiera elegido que mi hijo
aprendiera de esta manera, pero él es quien más cosas positivas ha sacado de la
situación, ha visto que la vida es difícil, que hay que luchar y esforzarse por
lo que quieres y que aún así, a veces no es suficiente. Lleva casi tres semanas
seguidas en las que en su agenda no hay notas de mal comportamiento, todo son
“caritas verdes”, ha sido encargado de clase, sus exámenes están saliendo
fenomenal, incluso ha sacado un 10 en “Cono”, con lo poco que le gusta
memorizar al pobre mío.
2 comentarios :
Pero que maravilla de hijo tienes. Como te cuida!Se da mas cuenta de las cosas que tu marido. Es un campeón que está consiguiendo lo que se propone y eso, estoy segura, lo ha aprendido de ti.
Me alegro mucho de que tu marido y tu os hayáis unido para enfrentar los problemas. Que os queráis así es muy importante. La vida en pareja es muy difícil. Yo también he tenido mis altibajos y todo ha salido adelante porque nos queremos. Tienes toda mi admiración y mi cariño. Ojalá tu marido encuentre pronto trabajo!
Qué hijo más estupendo!! Me alegro mucho de que quisiera compartir contigo su premio, y de que haya visto que tu también te merecías ese premio.
Con respecto a lo que pasas con tu marido, supongo que todo se arregla cuando los dos han visto la situación que se estaba viviendo y que ambos quieren que las cosas sigan dentro de casa y juntos. Supongo que eso es el principio para que todo se encamine.
Y te digo supongo, porque soy una total ignorante de cómo es el tema. He tenido parejas, (claro) pero desde que me quedé embarazada estoy sola, y creo que las parejas cambian mucho desde que los hijos entran a formar parte de la ecuación. Todo es distinto, y hay que adaptarse a ese nueva situación. No tengo ninguna experiencia sobre el tema. Pero algo dentro de mí, me dice que si los dos miran hacia el mismo punto y con las mismas ganas, las cosas se sacan para adelante.
Ánimo y abrazos!
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