Mis tesoros

Lilypie Kids Birthday tickers
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jueves, 19 de septiembre de 2013

El verano se acabó

Los veranos con trabajo y pareja eran bastante previsibles, algún que otro fin de semana a la playa, una semanita en algún sitio chulo, Galicia, Gales... pero eso era antes de tener hijos, ahora los veranos son impredecibles.

Este verano mis planes para mis 3 semanas de vacaciones eran muy simples, una semana para organizar armarios y ropa de los peques, lo que les vale, lo que no... y sobre todo vaciar el caos que es ahora mismo la que será la habitación de la princesa, una semana para irnos a la casa del pueblo de mis suegros y una semana para estar en casa, sin hacer nada, simplemente descansando, sin horarios, piscinita y dormir.

Pero mis hijos, en concreto la nena, tenían otros planes, la primera semana se pilló unas anginas con 39 y pico de fiebre y se pasó tres días y tres noches sin que consiguiera que le bajara de 38ºC, sin despegarse de mí, comiendo casi exclusivamente de mi teta y sin querer estar en otro sitio que en mis brazos. Decir que acabé agotada es poco...el consuelo que me quedaba es que al menos podía estar con ella las 24 horas del día, cuidarla, mimarla y sobre todo tener para ella siempre disponible mi pecho, que era lo único que aceptaba como alimento.

Una vez recuperada, nos fuimos unos días a la casa del pueblo de mis suegros, yo no las tenía todas conmigo, la idea de las comidas en un lugar extraño con la nena, me daba sudores fríos, lo que tenía claro es que no iba a cocinar, comeríamos de restaurante, ya lo hemos hecho más veces, conocemos uno en el que el menú del día tiene un poco de todo en la oferta de platos y es casero de verdad. No sé si sería por el cambio de aires, por estar casi todo el tiempo por ahí, en el parque, en la piscina...el caso es que los dos comieron bastante bien y ¡la nena no vomitó ningún día! cosa que no esperaba yo ni en mis mejores sueños.

Pero como todo lo buenos se acaba, volvimos a la cruda realidad, al menos la primera semana de trabajo, aún tenía horario de verano, la nena podía tener teta por las tardes, para luego empezar de nuevo con la jornada partida ... y vuelta a comer a la carrera.

Dado el éxito de julio, decidimos dejarla a comer en la guardería, para poder comer con un poco más de tranquilidad y también poder dedicarle algo de tiempo a mi niño mayor. La cosa está funcionando, la nena come mejor y más cantidad e incluso tengo tiempo de sentarme un ratillo con ella a la teta después de terminar todos de comer. 

Hemos empezado ya con los mocos...a ver si no tiene fiebre y puede seguir yendo a la guardería, porque ya ha empezado a vomitar en la cena :-( con lo que ello lleva aparejado...dormir a trompicones y pedir teta cada como mucho 2 horas, así que las ojeras ya me llegan a los pies.

En fin, a ver si poco a poco pillamos rutina.


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