Mis tesoros

Lilypie Kids Birthday tickers
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miércoles, 27 de julio de 2011

Los abuelos

Ayer fue San Joaquín y Santa Ana, día de los abuelos, en mi caso fue un día caótico, de nervios y cierta angustia, pero eso ya es tema para otro post y no tuve tiempo para escribir nada de los abuelos.

Desgraciadamente no tengo conmigo ya a mis queridísimos abuelos, Isabela y Felipe, fueron una parte muy importante de mi vida y no puedo imaginarla sin haberlos tenido a mi lado, día a día, ya que vivíamos todos en la misma casa. No conocieron a mi hijo, pero en mis sueños, al menos mi abuela sí ha cuidado de él mientras mi madre y yo íbamos de compras, ¡qué cosas más maravillosas se sueñan!

Ahora son mis padres los que han tomado ese relevo generacional con nuestro hijo y debo decir que teniendo ese espejo en el que mirarse, son los mejores abuelos que hubiera podido desear para él. Mi peque los bautizó desde que empezó a balbucear, son y serán ya siempre Tatá y Teté, aunque mi hijo aclara a todo el que lo escucha que son sus abuelos.

Le han cambiado más pañales y le han dado más biberones que yo y seguramente más de los que me cambiaron y me dieron a mí. Ambos se preocupan por él, le cuidan, le enseñan, pero sobre todo le quieren. Mi hijo es feliz sabiendo que va a pasar la tarde con ellos, que va a comer con ellos o que van a venir a nuestra casa, simplemente los adora.

No sé como nos hubieramos organizado sin ellos, desde el principio por encima de todas sus obligaciones y responsabilidades pusieron a nuestro pequeño, bastaba una llamada: "mamá, el niño se ha levantado con fiebre..." para que todo en su agenda se borrara y se ocuparan de él.

No sé expresar con palabras lo que siento por ellos, lo que les quiero, lo que les necesito en mi vida para tener su consejo, su compañía, su ayuda ... me estoy emocionando al escribir todo esto, creo que voy a  dejar que repose, como un buen guiso, antes de seguir.

lunes, 18 de julio de 2011

Fin de semana genial

El viernes me desperté antes de que sonara el despertador, me levanté descansada y feliz, dispuesta a ignorar total y absolutamente a quien estuviera dispuesto a amargarme el día y por una vez lo conseguí, en la oficina tuve una mañana tranquila y sin sobresaltos, cosa bastante rara, porque los viernes es cuando surgen la mayor parte de incidencias, los usuarios quieren hacer en un rato, lo que no han hecho en toda la semana y claro, pasa lo que pasa.

El viernes por la tarde mi peque prefirió dormir una super siesta y perdonar la piscina en pro de ir a la actuación de Circo programada en las fiestas del pueblo donde vivimos, al llegar nos encontramos con un amiguito suyo de la piscina, así que lo pasamos de maravilla viendo el espectáculo juntos, incluso papá pudo llegar a tiempo y verlo con nosotros. Acabó casi a las 10 de la noche, un poco tarde para los pequeños, quizá debería de haber empezado antes. Pero mi chico pequeño tenía ganas de jarana, "deprisa, ahora vamos a la 'ciesta', él dice "ciesta" en lugar de "fiesta", claro, oía la verbena que estaba empezando. Le dijimos que antes había que cenar, "vale, mami, pero un huevo frito, eh".

Creo que ha sido de las pocas veces que no he tenido que decir ni una sola vez "come.., venga..., mastica!" así que a pesar de que mi chico grande y yo estabamos cansados, pues nos fuimos a la verbena, compramos la deseada pistola de burbujas (la del año pasado la había tirado a la basura equivocadamente Tatá) y nos encontramos con otro amiguito de mi chico pequeño, ¡mi niño tiene madera de relaciones públicas! así que entre el baile y la sesión en el castillo de bolas, llegamos a casa y fue acabar el cuento y ya estaba dormido.

El sábado piscina, amiguitos, siesta para recuperar fuerzas, más piscina, más amiguitos, otra vez al castillo de bolas y a la verbena, esta vez con los Tetés.

El domingo, concurso de disfraces, batucada y después de la siesta, a la piscina, había que probar la pistola de agua ganada en el concurso de disfraces, la daban por participar, así todos los peques encantados, eso sí, acabaron los padres jugando con ella, las toallas eran "casa" (como se nota que los papis somos de los 70's) y todos los que estuvieran en bañador/bikini eran susceptibles de ser mojados, ¡que bien lo pasamos grandes y pequeños! tras las mesa redonda de gusanitos, patatas y demás chucherías piscineras, todos para casa.

Esperamos a los yayos y salimos otro ratillo, por supuesto al castillo de bolas, donde estaba otro amiguito del cole, el yayo le compró al peque un algodón dulce, pero no hubo éxito, "mamá, se me pega", está visto que lo de comer, no va con mi hijo.

Esta vez tardó un poco más en dormirse, habían sido demasiadas emociones o quizá nos oyó que se había muerto el abuelo de una amiguita suya del cole, fue la nota triste. Ves a tu alrededor a todo el mundo de fiesta, mientras hablas con esa familia que sufre y llora la pérdida de su ser querido.

Y cuando ya apagábamos la luz en el dormitorio de los papás, la última sorpresa, ¡los fuegos artificiales! se nos habían olvidado, subimos la persiana y pudimos disfrutarlos así, cómodamente tumbados abrazados en la cama.

Lo dicho, ¡un fin de semana genial!


lunes, 11 de julio de 2011

Cosas que odio (2ª parte)

No creí que necesitara desahogarme tan pronto, después de este post, pero la tarde del domingo ha hecho que llegara a unas cotas de paciencia que no creía posibles, ha sido insuperable.

.- Odio a esos jefes que se conectan el domingo a internet para mandarte marrones y pretenden que tú estés concectado para leer sus correos. El domingo es para la familia y el que no tenga vida propia, al menos que respete la de los demás.

.- Odio a los que no sólo se permiten el lujo de opinar, sino de CRITICAR, que ya es el colmo, como crias, mimas y educas a tu hijo, cuando ellos no tienen niños y la verdad, espero que no los tengan nunca.

.- Odio a los que piensan que es una desventaja que mi niño eche de menos a su padre cuando está de viaje por trabajo y que es mejor que no eche en falta a sus padres y sea "independiente" (con 3años?!).

.- Odio las "visitas de rigor" a la familia política, porque "casi no vemos al niño" y luego cuando estás con ellos, no le hagan ni caso al pobre niño. Con la honrosa excepción de mi suegro, todo hay que decirlo.

.- Odio el retintín de la frase " ... es que tu mamá todo lo hace bien", menos mal que el peque aún no pilla el sarcasmo.

jueves, 7 de julio de 2011

¿Mala suerte?

¡Vaya días que llevamos! Esto es un no parar y estoy más que harta. 

En lo laboral sigo muerta de asco, mi jefe no me contesta a los correos cuando le hablo de tareas y es una tortura rellenar el registro de actividad. Resumen de la situación: estoy "acongojada".

En lo personal, tampoco es que las cosas vayan mucho mejor, he vuelto a quedarme encerrada en el ascensor, que ya parece guasa, lunes - 8.25 AM aprox, salimos de casa y se va la luz, ¿dónde estamos mi chico pequeño y yo? - bingo! en el ascensor, otra vez encerrados, pero con 2 diferencias frente a la misma situación del verano pasado, uno - estamos a oscuras y dos - no está mi chico grande con nosotros, la verdad es que no se cual de las dos cosas es peor. El encierro se prolongó durante casi una hora, que se dice pronto, pero es una eternidad, el técnico no sabía llegar, mi chico grande tuvo que ir a buscarlo y mientras tanto, Totoño y mi querida vecina de arriba estuvieron tratando de suavizar la situación, yo soy ya un caso perdido, pero consiguieron animar a mi chico pequeño. Resumen: sitio cerrado + oscuridad + niño de 4 años + mamá claustrofóbica = ataque de ansiedad XL, cuando nos sacaron, no me sujetaba de pie y me pasé la mañana hecha un guiñapillo en el sofá de casa. Eso sí, me reafirmo en lo dicho en mi post del verano pasado, mi chico pequeño es un ¡VALIENTE!.

Estamos queriendo empezar a planificar las vacaciones, a ver si podemos pasar algunos días en la playita, como el verano pasado, pero parece que este año no nos lo merecemos, a mi chico grande le sale un trabajo, nada del otro mundo, comercial con contrato, que tal y como andan las ofertas de trabajo, pues no es cosa de desperdiciarlo, peeeeero, la primera en la frente, 3 días de formación a una ciudad de provincias, a tomar vientos de casa, tiene que salir el domingo después de comer, mal y no le dan de alta hasta el último día de la formación, muy mal y ya no hablamos del contrato de trabajo, porque me exaspero. El peque ha pasado unos días malos, muy nervioso, se ha llenado de ronchas, ha vomitado ... ¡y yo que pensaba que llevaba mal el quedarme sola en plan madre soltera!

Por si no teníamos suficientes emociones, para variar llega una buena noticia, mi chico grande ha aprobado el primer test de una oposición para trabajar al lado de casa, bien, peeeeeeero como seguimos sin merecernos nada, pues obviamente no sólo nos la tienen que amargar, sino que viene acompañada de otra mala, al segundo test no puede presentarse por estar en la mier-ciudad de provincias.

Anoche regresó de la mier-ciudad mi chico grande, con el estómago hecho cisco de desayunar, comer y cenar fuera, con la sensación de que le estaban infravalorando y la intuición de que su jefa no le va a hacer la vida precisamente fácil. Vamos, que no le tengo muy animado que digamos.

A ver si podemos organizar horarios y recuperar un poco la rutina o nos vamos a volver locos.