Mis tesoros

Lilypie Kids Birthday tickers
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jueves, 27 de febrero de 2014

Mamá no se ha muerto, no?



Ayer tuve un accidente de coche, nada grave, sobre todo teniendo en cuenta lo que podía haber sido, saliendo de trabajar, me incorporo a la carretera mediante una rotonda, ayer como tantos días me tuve que parar, desafortunadamente el coche que venía detrás de mí no paró e impactó contra el mío, me desplazó un poco, pero no llegué a entrar en la rotonda, lo que podía haber implicado el chocar con los coches que pasaban.

La niñata que me dio llevaba un día “muy estresado”, las demás no vamos nunca estresadas … noooooo; si no estás para conducir, no cojas el coche, pero encima no intentes justificarte. El caso es que entre el susto, tratar de apartar los coches, la visita de la policía “que pasaba por allí”, hacer el parte … pues pasó más tiempo del que suelo tardar en llegar a casa, así que llamé a mi marido para decirle lo que me había pasado y que no se preocupara, ya que además había quedado con mi madre en recoger a la niña.

Total, que él me preguntó si estaba bien, el niño estaba a su lado y pilló en la conversación la palabra “accidente” y cuando su padre colgó, le preguntó: “Mamá no se ha muerto, no?”. La explicación que le dio su padre le tranquilizó, pero no borró su cara de preocupación. Cuando por fin llegué a casa, me miró todo serio y me preguntó: “Mamá, ¿estás bien? ¿te ha pasado algo en el accidente? Estaba muy preocupado”.

No sé que habrá pasado por su cabeza, ni porqué lo primero que se le ocurrió fue pensar en la muerte, ni se será consciente de lo que ello implica. Mi niño tiene 7 años, aunque en muchas situaciones se sigue comportando como un niño pequeño, ya se va dando cuenta de muchas cosas que pasan a su alrededor, aunque nosotros no seamos plenamente conscientes de ello.

Mi madre una vez más supo lo que había pasado, cuando estábamos haciendo los papeles, me llamó, “Cariño, te ha pasado algo, ¿a que sí?” … no era pregunta, era afirmación. Mi marido dice que si un día quieren inventar algo para comunicarse por telepatía nos llaman a nosotras para enseñarles como se hace. Es verdad que tenemos una conexión especial, muchas veces decimos frases completas a la vez, con la misma entonación y todo. Mi hermano de adolescente se ponía malo, decía que no le habláramos “en estéreo”. Nos complementamos mucho, “dos medias … hacen una entera” solemos decir.

Ayer no sentí nada especial, pero hoy tengo un dolor de cabeza fenomenal, a pesar de que me he dopado. Mi madre está preocupada, la hija de una amiga suya ha tenido muchos problemas de vértigo y jaquecas después de un golpe similar. Así que me ha convencido para ir al médico. Me ha estado revisando y me ha dicho que contractura no tengo, aún así me ha dado cita para que me hagan una radiografía de cervicales, que quizá el dolor de cabeza puede ser debido al estrés y a los nervios que pasé.

martes, 25 de febrero de 2014

Demasiados frentes abiertos



Anoche whasapeando con la madrina de mi niña, de las tres o cuatro que puedo considerar mis mejores amigas, ella fue la primera, estamos juntas desde el colegio y eso son muchos momentos compartidos, también nos hemos peleado…pero creo que eso nos ha unido más… en fin, anoche, me dijo esta frase “es que tienes demasiados frentes abiertos”, al hilo de que necesito recargas las pilas, entre la situación con los padres de mi marido, (ya han dejado de ser “mis suegros”, MI gente no me hace esas cosas), los problemas de comportamiento con el niño, en el cole y en el futbol, este año su entrenador parece que le han hecho un trasplante de cerebro y ya no es el hombre cariñoso y atento con los niños, le ha apartado del equipo, ha dicho algo así como “hasta que no cambie de actitud, no vuelve a jugar un partido”, se debe de creer Mourinho; también tengo pendiente vaciar la habitación de la niña, para ver si empezamos a amueblarla, salir a mirar los regalos de la madrina para la boda de mi hermano y comprar ropa, no sé q me agobia más, si el traje de novio de mi hermano, la ropa de los niños o el vestido para mí.

El caso es que estoy agotada, no me cunden los días, las semanas, me limito a sobrevivir, cocinar, recoger, revisar deberes, poner lavadoras, planchar e intentar echarme un poco la siesta algún día del finde para recuperar alguna hora de sueño.

Llegar a casa se está convirtiendo en un sobresalto constante, cuando no hay nota de la profesora, es que han aparecido los padres de mi marido en el entrenamiento del niño a tocar un poco las narices, en plan “aquí no ha pasado nada” o sino, es que el niño no ha querido hacer los deberes con su padre, me los encuentro peleando y me toca poner un poco de paz y sentarme con él a hacer los deberes o preparar el examen de algo mientras la nena me reclama teta.

No sé cómo, me han sobrado 2 días de vacaciones del año pasado y los he podido dejar para carnaval, así que voy a juntar 4 días “de vacaciones”, para no variar ya estoy haciendo demasiados planes y acabaré como el cuento de la lechera. Estoy dudando si hacerme un horario para encajar todo lo que quiero hacer, planes con los niños, organizar, hablar con el entrenador…o si voy improvisando sobre la marcha, no sea que la niña tenga otros planes y ya haya “organizado” mis días libres como otras veces con unas anginas, ¡esperemos que no!

miércoles, 19 de febrero de 2014

Luchando por mi hijo



Llevábamos una temporada que parecía que las cosas iban mejor en el cole, en la agenda de mi niño no venían notas recriminatorias de los profesores sobre su comportamiento y en su lugar los viernes había una carita sonriente escrita con boli verde, pero parece que hemos vuelto para atrás.

Creo que su profesora cambió de planteamientos a la vuelta de las vacaciones, mi niño dejó de estar separado y aislado de sus compañeros en la parte de atrás de la clase, le integraron sentándolo en segunda fila con una compañera y su comportamiento mejoró, pero me temo que la profe ha pensado que con eso era suficiente.

Han vuelto a llegar notas sobre su mal comportamiento…”ha pegado a fulanito”, “ha estado haciendo el tonto en clase” … y ya la última ayer, cuando nos informaba que había dado patadas a una puerta en la clase de gimnasia.

Hemos tratado de razonar con él, de que nos contara que había pasado, que nos contara su versión y al menos eso lo hemos conseguido, nosotros sí hemos conseguido que mejore, ahora ya no esconde la agenda para que no leamos las nefastas notas, sino que es él el que nos dice, “lee mi agenda mamá”.

El día que pegó a un niño era por pura frustración, en el recreo no le dejaban jugar, así, porque sí, al niño de turno no le cuadró que mi hijo se incorporara al juego, que haríamos nosotros si un día al bajar a la máquina del café hay un compañero de la oficina que nos dijera que no nos dejaba sacar café…¿nos lo tomaríamos bien? ¿nos enfrentaríamos a él? Mi hijo trató de resolverlo como pudo y sólo se le ocurrió tratar de resolverlo por la fuerza, dando una patada al que no le permitía jugar. Eso sí, el castigo se lo llevó él, por supuesto no le dijeron nada al otro niño. La profesora no se preocupó de averiguar el porqué.

Del profesor de gimnasia ya nos habían llegado comentarios de que es muy exigente, no sé que quiere hacer en su clase con niños de 1º de Primaria, pero en fin… ayer al llegar a casa me senté con mi niño a hablar:
-¿qué ha pasado cariño? ¿por qué le diste patadas a una puerta?
- estaba enfadado
- ¿y por qué estabas enfadado?
- porque me habían castigado otra vez.
- ¿y por qué te habían castigado?
- por portarme mal
- ¿y qué habías hecho para que el profesor pensara que te portabas mal?
- no me salía el juego de saltar que estábamos haciendo en clase de gimnasia y me enfadé

Estoy tratando de mejorar a la hora de preguntarle, he leído un montón de manuales de tdah, de guías…hay que hacer preguntas sencillas y simples, nada genéricas…voy consiguiendo saber que le pasa a mi niño en clase día a día, qué siente.

La situación estaba clara, mi hijo quería que le saliera bien y a la primera el juego de saltar, no le salió, se frustró, el profesor con muy poca empatía, en lugar de ayudarle a gestionar su frustración no sólo no le animó, sino que una vez más tiró por el camino fácil, le apartó de la clase, se lo quitó de encima, lo cual aumentó la frustración de mi hijo, que acabó descargando contra la puerta, donde la habían castigado.

Obviamente yo no estaba allí, pero esa misma situación la he vivido con mi niño, haciendo los deberes, jugando a algo, haciendo construcciones…no sabe gestionar su frustración, él pretende que todo lo que intenta le salga bien a la primera y claro, no siempre es así. Por ejemplo, dibuja muy bien, pero cuando no le sale a la primera se enrabieta, arruga el papel, da un puñetazo en la mesa...

En casa he de reconocer que antes también le reprobábamos este comportamiento, ahora tratamos de hacerle ver otras situaciones en las que nosotros mismos tenemos que intentar las cosas varias veces hasta que nos salen bien. La hermanita nos está sirviendo de ejemplo y ayuda para ello, mi niño es consciente de que ha tardado en aprender a andar, aún no sabe hablar, … y que ella sigue intentándolo, sigue aprendiendo cada día palabras nuevas para comunicarse. Estamos consiguiendo progresos, pero no podemos hacerlo solos, no estamos las 24h. del día con el niño, no estamos en clase, en el recreo.

Que duro es para mi niño enfrentarse cada día a una nueva jornada en el cole, la orientadora nos dijo, tras hora y media interrogándonos a mi marido y a mí, que trasladaría a los profesores ciertas pautas para poner en práctica en el aula, no sé si ha sido así o no, en cualquier caso, “estaba muy ocupada” y no podía iniciar con nuestro hijo el protocolo de TDAH hasta abril, increíble, no? Tenía que preparar las evaluaciones de los que acababan en el centro, de los nuevos que se incorporaban… Al menos conseguimos una nueva reunión para antes de las vacaciones de Semana Santa, para evaluar los progresos con las pautas que iban a aplicar en clase.

Me duele el alma cada vez que me imagino a mi niño solo, con nadie con quien jugar en el recreo, apartado, cada vez que hace cualquier cosa propia de un niño y alguno de sus compañeros se “chiva” y acaba castigado “otra vez”, todos hemos empujado en la fila, todos nos hemos reído en clase o hemos hablado de más con el compañero de pupitre… ¿por qué a mi niño le castigan sin tregua?

Hoy voy a llamar por tfno a la profesora de mi hijo, ya me he hartado de “notitas” en la agenda, cuando en la última la pregunté si ya habían puesto en práctica las pautas que nos comentó la orientadora, me dijo que “iba a llevarlas a cabo” … vamos, que no había hecho nada. Voy a tratar de trasmitirla mi tristeza, mi malestar, a hacerla sentir el sufrimiento de mi hijo. ¿Cómo se enfrentaría ella a su día a día si no supiera si ese día sus compañeros la iban a hablar? Si supiera que estaban pendientes de cualquier cosa que hiciera mal para trasladársela a su superior…

Mi niño antes siempre tenía una sonrisa en la cara, mi lucha diaria es para conseguir que vuelva a ser así, que mi niño sea feliz en su día a día, y el día a día de mi hijo pasa por ser feliz en el cole. Voy a luchar, no soy de las que se rinden y en esto menos aún, de eso estoy segura, voy a llegar a las últimas consecuencias y si en este cole no se esfuerzan por tratar a mi hijo como se merece, conseguiré como sea que le cambien.

Desgraciadamente me están dando la razón, en la tan nombrada escuela pública, muchos son funcionarios, no maestros, y eso no es cosa de recortes, eso es cosa de VOCACIÓN, así, en mayúsculas. La profesora de mi hijo me llegó a decir que ¡no podía tratar de forma especial a mi hijo! Vamos a ver, a un niño que no se le dan bien las matemáticas, se lo explicara una vez más, no? A un niño que le cuesta leer, tratará de animarle y ayudarle, no le reñirá y castigará cada vez que lee mal, no? Pues mi niño lo que necesita es que le ayude a controlar su carácter, su impulsividad, aumentarle su autoestima, que el pobre la tiene al mínimo y si no es capaz de hacerlo es que no es buena profesora.

jueves, 13 de febrero de 2014

Suegros, punto y aparte



He utilizado este blog en más de una ocasión para desahogarme de las situaciones vividas o más bien, sufridas en el trato con mis suegros, hasta ahora han sido situaciones más o menos absurdas y casi hasta cómicas, pero lo de ahora supera todo lo imaginable y desgraciadamente para mi marido no es para nada cómico, sino triste, muy triste.

En esta entrada de noviembre del 2010 “Noviembre se ha acabado ...ya? contaba entre otras cosas la propuesta de negocio del novio de mi cuñada, o sea, la hermana de mi marido, afortunadamente conseguimos escapar de aquella situación, que ya se intuía rara.

El caso es que mis suegros siempre han dicho que el negocio iba muy mal, que tenían que poner dinero, que el cuñadísimo no estaba cobrando nada!? (alguien se cree que estuviera trabajando a cambio de nada???) … en fin, todo eran excusas para no incluir a mi marido en el negocio cada vez que se volvía a quedar en paro, después de otro trabajo de mierda más.

Mi marido llevaba un tiempo con la mosca detrás de la oreja como se dice vulgarmente, sobre todo cuando el padrino de la nena nos dijo que mi suegra le había comentado estas navidades que se iba a jubilar, inciso – el negocio estaba puesto a nombre de mi suegra debido a que era la titular del alquiler del local con el ayuntamiento. Por tanto, si se jubilaba, automáticamente se rescindía el contrato con el ayuntamiento y el susodicho se quedaba sin empleo. Lo que no nos podíamos imaginar es que para cuando mi suegra hizo ese comentario ya estaba todo el pescado vendido.

El sábado pasado mi marido había quedado con su padre, en teoría para echarle una mano en el vending, en la práctica su padre se desahogó y le contó todo lo que habían estado haciendo entre diciembre y enero a sus espaldas. Antes del puente de diciembre habían presentado un contrato de traspaso de los negocios (vending y agencia de viajes) al ayuntamiento para que diera su aprobación y así poder cambiar la titularidad del contrato de alquiler, que pasaba de mi suegra al cuñadísimo. Contrato aprobado por el ayuntamiento justo después del día de Navidad y que habían firmado el día después de Reyes. El documento en cuestión era de chiste, no contenía un triste inventario y la cantidad del traspaso era ridícula.

La jugada del cuñadísimo había sido perfecta, con la excusa de que no encontraba trabajo y no podía acceder a cursos por no ser desempleado, consiguió que mi suegro al jubilarse y cerrar su tienda, en parte del local que quedaba vacío y que a pesar de ser alquilado ellos consideraban como propio, montara unas máquinas de vending y le contratara unas horas a la semana para que se encargara de ellas, aunque en la práctica el que se comía el marrón era mi suegro. Como esto no le daba mucho rendimiento, en 2010 consigue que mis suegros le monten un negocio, una franquicia de una agencia de viajes, en la que aparecería como propietaria mi suegra, pidan un préstamo y le contraten como empleado, ya que al no estar casado con la hermana de mi marido no tienen parentesco.

El plan es maquiavélico, 3 años más tarde, viendo que mis suegros están empezando a mosquearse al tener que seguir pagando la SS de mi suegra en lugar de cobrar la jubilación, les propone hacerse cargo del negocio poniéndose como autónomo, capitalizando el paro al que tiene derecho.

Decir que mi marido llegó a casa deshecho es poco, él que es un tragaldabas ese día casi ni comió. Se sentía traicionado, ninguneado… no hacía más que repetir, que habían estado en nuestra casa en Navidad, comiendo y cenando y “se habían callado todos como perros”, nunca le había oído esa expresión.

Para mí ha supuesto un punto de inflexión, si he tenido paciencia, he tragado sapos y les he respetado, a partir de ahora soy libre, ellos no respetan ni quieren a mi marido, a su propio hijo, yo no les debo ningún respeto.

Mi marido piensa que el artífice de todo esto no ha sido solamente el cuñadísimo, sino que su padre está detrás, ha sido contable, con lo cual sabe mucho de manejos, cuentas y leyes…además ya nos demostró que le gusta mucho malmeter, el primer verano de la niña, estábamos en su casa “del jardín” como la llama mi niño, los padres del cuñadísimo estaban allí pasando el fin de semana, yo estaba fuera jugando con el niño con la nena en brazos, mi marido estaba con su madre en la cocina, el caso es que algo debió de comentar sobre su hermana y él que “pasaba por allí” lo oyó, le faltó tiempo para ir a decírselo a la hermana de mi marido; yo a eso le llamo meter cizaña entre hermanos, cuando a él ni le iba ni le venía la conversación.

No sé que pasará a partir de ahora, yo desde luego ya le dejé bien claro a mi suegro mi postura, el domingo en el partido del niño no le dirigí la palabra, ni le miré, ella no fue o no se atrevió a ir. El caso es que encima se permitió encima luego llamar a mi marido para decirle que a la boda de mi hermano si invitamos a su hija, tenemos que invitar también al novio, que van juntos. Alucinante!!! También le van a hacer la lista de invitados a mi hermano…

Mi marido dice que les han engañado a sus padres, yo le he comparado con el flautista de Hamelín, el cuñadísimo toca y todos le siguen … pero no creo que sea todo culpa de él, yo tengo un hermano y a su vez, soy madre y se que hay cosas que una madre no hace, si no quiere hacer, pero sobre todo no hace unas distinciones tan claras entre sus hijos. Siempre se ha notado que era la favorita, a mi marido le pagaron unan carrera en la universidad pública, pero a "la niña" la pagaron una universidad privada, les compraron un coche de segunda mano, en teoría para los dos, pero las llaves las tenía "la niña" si mi marido quería usarlo, tenía que pedir permiso a su hermana, si ella no lo iba a usar, lo podía usar él...y esto sólo es la punta del iceberg...

En mi familia todo se ha puesto encima del mantel y en cuanto mi hermano y yo tuvimos capacidad, participamos en las decisiones familiares, ya sea con el negocio familiar o con aquellas decisiones que pueden afectar a alguno de nosotros, se vota, somos 4, y entre los cuatro se decide.

Lo siento sobre todo por mis hijos, que van a vivir una situación desagradable, yo misma la viví de pequeña, desgraciadamente la historia se repite, no sé que maldición tenemos mi madre y yo, para que no seamos del agrado de nuestras respectivas suegras.





miércoles, 5 de febrero de 2014

Los imprescindibles y prescindibles en mi maternidad



Leyendo varios blogs de los que sigo habitualmente he descubierto que en varios de ellos las mamás escribían sobre aquellos productos imprescindibles y prescindibles según su experiencia.

Me ha resultado chocante que lo que para unas es totalmente necesario para otras no, vamos, que en la maternidad, como en todo, para gustos… en casa eso lo hemos vivido con nuestros peques.

Un ejemplo de lo que digo es la trona, con el mayor la aprovechamos a tope, fue un regalo de una tía de mi marido, un regalo de los buenos porque nos dio dinero y nos dijo que lo gastáramos como quisiéramos, que ella eso de regalar bobadas no, fue muy gracioso, me dijo que si lo que realmente necesitábamos era irnos de cena los dos solitos, pues eso…el caso es que empleamos su dinero en una trona que nos encantó, estable, de las que se adaptan en altura a la mesa, desenfundable, con arnés de 5 puntos y hasta reclinable, el peque se dormía unas siestas increíbles en ella y daba gusto; nada que ver con la nena, a ella la hemos conseguido sentar 2 veces, ¡contadas! con el resultado de mucho lloro y poca comida, para acabar vomitando…un horror!

Así que desde mi experiencia los imprescindibles dependen mucho del niño, más que de los papás.

Con el mayor:

Los 5 imprescindibles:
Trona: por lo que he contado antes.
Vigila bebés: se dormía enseguida, pero al menor ruido se despertaba, con lo que lo mejor era dejarlo en su cuna, cerrar puertas y estar tranquilos con el aparatito puesto, además el que nos regaló mi hermano era con cámara incluida, visión nocturna, con posibilidad de conectarlo a la corriente o con pilas, vamos, completito completito.
Balancín: no lo hubiéramos comprado nunca, me lo regalaron mis compañeros de trabajo y fue perfecto, me lo dieron cuando el peque ya tenía casi un mes, con lo cual empezaba a pasar algún tiempo despierto, concretamente después de la toma de la mañana, así que lo de levantarme, arreglarme y desayunar tranquila era imposible hasta que descubrimos que le encantaba el balancearse, era ponerle ahí y de maravilla, él me veía y yo podía desayunar tranquila, algo que no podía si tenía que estar con el niño en brazos.
Chupetes: los necesitaba para coger el sueño, para calmarse, para tener uno cogido en la mano y frotarse la nariz…los conseguimos dejar con tres años cumplidos, antes de empezar el cole.
Muñeco musical: nos regalaron unos cuantos de estos peluches que tienen una cuerda que tiras y suena una nana, le encantaban y le relajaban mucho a la hora de dormir o de estar tranquilo en la cuna. De hecho por el uso, de los 4-5 que usamos, sólo ha sobrevivido uno.
Bañera adaptada: me refiero a estas que tienen una especie de tope en el medio y que por un lado tienen forma inclinada, para poder recostar al bebé y por el otro son rectas, para cuando son más mayorcitos que se queden sentados. Nos la recomendaron unos amigos de mi hermano que tuvieron un niño unos meses antes que nosotros y es una tranquilidad, la hemos usado mucho con el mayor y ahora con la pequeña, la tenemos en nuestra bañera por lo que no ocupa sitio extra porque la compramos sin patas.


Los 5 prescindibles:
Pijama-Saco: imposible usarlos, se puso histérico cuando le metí las piernas ahí y él no podía patalear a gusto.
Capazo: lo odió desde el minuto cero, le llevábamos en el Grupo 0, él quería estar incorporado viendo mundo…
Mochila Jané: otra cosa que compró mi marido con mucha ilusión y nada, un desastre. Aún no sabía nada de mochilas-colgonas, porteo, fulares…
Mantita de actividades: otro regalo que tampoco cuajó…al peque le ponía nervioso.
Cojín de lactancia: me lo regaló mi madre sin saber muy bien lo que era, ella lo cogió con la idea de sujetar al niño sentado en el parque y ese fue el uso que le hemos dado con los dos. Hasta que la niña descubrió que si se subía encima podía estar más alta y un día ¡casi se nos tira del parque!

Con la nena:

Los 5 imprescindibles:
Capazo: si su hermano no podía ni verlo, a la niña era donde la gustaba estar, ponerla en el Grupo 0 ha sido siempre peor que un dolor, ir en coche con ella ha sido una tortura hasta que no la hemos pasado a la silla del Grupo 1 y ya en el sentido de la marcha.
Fular: con el niño ni siquiera sabía de su existencia, pero con la nena lo usé mucho, el tener dos te cambia la forma de hacer las cosas, simplemente no podía llevar el carrito de la nena, al niño, la compra…¡necesitaba más manos! Y ella era ponerla pegadita a mí y quedarse dormida…una maravilla.
Teta: un mes antes de volver al trabajo empezamos como con su hermano a tratar de acostumbrarla a tomar algún biberón…imposible, probamos más de una docena de tetinas, no sé cuantas marcas de leche, dándola leche mía…nada, mi hija sólo quería teta y esperaba lo que hiciera falta a que mamá volviera para comer. Mi amiga que la cuida en la guardería dice que en más de una ocasión se quedó con las ganas de sacarse la teta para que dejara de llorar…de hecho a mi madre trata de buscársela :-) A la gente que me dice que es vicio y que ya es muy mayor para tomar teta les digo que vale, que si están dispuestos a venir a mi casa sobre las 4-5 de la mañana a preparar una papilla y por supuesto dársela a la nena, como aún nadie ha respondido afirmativamente… seguimos con la teta…al despertarnos, algunos días en la siesta o antes de que me vaya a trabajar después de comer, antes de dormir y cuando se despierta de madrugada.
Bañera: a la nena la gusta aún más el agua si cabe que a su hermano, así que hemos amortizado lo que nos costó la bañera con creces, ya que frente a otros modelos era la más cara, pero ha merecido la pena.
Sacamocos: otro artilugio del que no conocí su existencia con el mayor, pero que no sabríamos que hacer sin él con la nena. Al niño le apretaba un poquitín la nariz y le salían los mocos, además se dejaba más o menos hacer lavados nasales. Totalmente lo opuesto a su hermana, con ella no hay manera, así que la única forma de poder ayudarla a respirar es con el aspirado de mocos, yo he de reconocer que lo paso fatal, me dan arcadas, así que delego en el papi o en mi madre…¡que se ha hecho toda una experta!

Los 5 prescindibles:
Trona: imposible sentarla…ya darla de comer en ella, ¡una utopía!
Vigila bebés: mi niña se duerme cuando quiere y donde quiere, ya puede haber ruido, luz…lo que no la gusta es estar sola, con lo cual, no lo hemos utilizado.
Chupetes: mi hija todo lo que sean tetinas artificiales, nada de nada, ni chupetes, ni biberones…teta de su madre y punto. Para alimentarse, para relajarse, para quedarse dormida…y así seguimos con 21 meses.
Muñeco musical: lo dicho, ella con su teta tiene más que de sobra.
Pijama-Saco: en esto se parece a su hermano, tiene que poder patalear y destaparse cuando lo considere.